Seguramente en una noche muy fría, tiritando miedo y sudando angustia, cuando creas que ya has traspasado el limite para encajar las decepciones... Se alzará tu sombra para apuñalar ese cuerpo lleno de inocencia y dulzura. Solo entonces sabrás, lo que abarca la palabra soledad. Cuando tu propia sombra te abandone, dejándote a merced de los peligros de la noche.
¿Sabes lo que es llorar hasta el grado en que sientes que te ahogas? ¿Sabes lo que es intentar olvidar y luego encontrar cicatrices en tu cuerpo? ¿Sabes lo que es estar tan mal que piensas en matarte todo el tiempo para acabar con el dolor? No sabes absolutamente nada, así que solo calla y espera a un lado sin hacer mucho ruido, no quiero notar la presencia de algo tan sumamente hipócrita. No quiero despertar otro día más sabiendo lo que hay allí afuera. Dolor, penas y palos. Todos están sumidos bajo una capa silenciosa de rabia. Aún no creo que este esperando por un lugar al que pertenecer, no creo estar esperando por alguien quien de la mano sin apretar demasiado, o que la estreche simplemente para soltarla minutos después. Sigo esperando por algo que se que no llegará. Sigo esperando por algo real que nunca se acabe, pero como ya dije antes, todo se agota tarde o temprano. Desde una bolsa de patatas fritas, como los buenos sentimientos.
No se porque he sentido tanta angustia durante estos dos últimos años. He estado perdida, asustada, recluida, abandonada, enfadada y sobre todo, triste. Triste porque había perdido mi toque, mi magia, mi energía vital que daba a mi persona, un tipo de fuerza especial para poder salir adelante fuera cual fuera el caso. Esta en mi sabor las palabras, el mar de vocablos que dejo que me arrastre cada vez que me pongo a escribir. Dije que este blog sería hace mucho para desahogar mis penas y contar mi día a día. Pero hace justamente dos años, me quedé sin palabras, me quedé sin mi esencia, olvidé lo que era ser yo misma. Me sumí en una oscuridad totalitaria, no sabía donde exactamente había perdido el rumbo así que, me fue imposible continuar el camino emborronado de malos pensamientos y pocas ilusiones. Todo lo que había forjado durante años, todas mis ilusiones, mis sueños y ambiciones, lo que quería, lo que no quería, lo que soñaba, lo que alcanzaba... Todo aquello, se desmoronó ante mis ojos apenas fui a pestañear. No he venido a lamentarme, pues tras dos duros e intensos años he vuelto a recobrar las ganas de retomar antiguas rutinas, como era el hecho de escribir. Imaginación, resistencia a los problemas, creatividad, cualidades de deducción, ganas de socializar, son cosas que perdí a medida que mis problemas iban aumentando. Cuando creía que todo mi mundo, toda mi vida iba a acabar en apenas segundos por la falta de voluntad, un ángel sin alas vino a mi rescate. Pensé que ya que una vez fui fuerte, lo iba a ser en constante. Gracias a esa persona me di cuenta de que no hace falta que las cosas las afrontemos solos, podemos tener manos amigas que estén dispuestas a compartir la carga. Amigos, enemigos, familia e incluso tu propia mascota. Cuando te cierras en banda y no quieres asumir que tienes más de lo que crías. Pensaba, que todo lo que veía era oscuro, que no había salida por mucho que lo intentara. Hasta que vi que realmente no me estaba esforzando en superar nada. Ahora hablo desde la otra voz de la experiencia. He crecido bastante como persona y quería venir a contároslo. Supongo que no hubo nadie esperando por mi, pero aun así, el hecho de volver a escribir como antes, aunque sea solo una parte de mi persona lo estaba anhelando. Esperaba por este día, en el que me sentara y empezara todo como antes. El día en que se alzara mi fuerza y volviera a todo a comenzar, en un día tan hermoso como hoy, fina brisa y calma, he decidido que mi alma, vuelva a recobrar toda su personalidad. Vengo con mucho animo y fuerza. Esta es mi historia.
¿Sabes lo que es llorar hasta el grado en que sientes que te ahogas? ¿Sabes lo que es intentar olvidar y luego encontrar cicatrices en tu cuerpo? ¿Sabes lo que es estar tan mal que piensas en matarte todo el tiempo para acabar con el dolor? No sabes absolutamente nada, así que solo calla y espera a un lado sin hacer mucho ruido, no quiero notar la presencia de algo tan sumamente hipócrita. No quiero despertar otro día más sabiendo lo que hay allí afuera. Dolor, penas y palos. Todos están sumidos bajo una capa silenciosa de rabia. Aún no creo que este esperando por un lugar al que pertenecer, no creo estar esperando por alguien quien de la mano sin apretar demasiado, o que la estreche simplemente para soltarla minutos después. Sigo esperando por algo que se que no llegará. Sigo esperando por algo real que nunca se acabe, pero como ya dije antes, todo se agota tarde o temprano. Desde una bolsa de patatas fritas, como los buenos sentimientos.
No se porque he sentido tanta angustia durante estos dos últimos años. He estado perdida, asustada, recluida, abandonada, enfadada y sobre todo, triste. Triste porque había perdido mi toque, mi magia, mi energía vital que daba a mi persona, un tipo de fuerza especial para poder salir adelante fuera cual fuera el caso. Esta en mi sabor las palabras, el mar de vocablos que dejo que me arrastre cada vez que me pongo a escribir. Dije que este blog sería hace mucho para desahogar mis penas y contar mi día a día. Pero hace justamente dos años, me quedé sin palabras, me quedé sin mi esencia, olvidé lo que era ser yo misma. Me sumí en una oscuridad totalitaria, no sabía donde exactamente había perdido el rumbo así que, me fue imposible continuar el camino emborronado de malos pensamientos y pocas ilusiones. Todo lo que había forjado durante años, todas mis ilusiones, mis sueños y ambiciones, lo que quería, lo que no quería, lo que soñaba, lo que alcanzaba... Todo aquello, se desmoronó ante mis ojos apenas fui a pestañear. No he venido a lamentarme, pues tras dos duros e intensos años he vuelto a recobrar las ganas de retomar antiguas rutinas, como era el hecho de escribir. Imaginación, resistencia a los problemas, creatividad, cualidades de deducción, ganas de socializar, son cosas que perdí a medida que mis problemas iban aumentando. Cuando creía que todo mi mundo, toda mi vida iba a acabar en apenas segundos por la falta de voluntad, un ángel sin alas vino a mi rescate. Pensé que ya que una vez fui fuerte, lo iba a ser en constante. Gracias a esa persona me di cuenta de que no hace falta que las cosas las afrontemos solos, podemos tener manos amigas que estén dispuestas a compartir la carga. Amigos, enemigos, familia e incluso tu propia mascota. Cuando te cierras en banda y no quieres asumir que tienes más de lo que crías. Pensaba, que todo lo que veía era oscuro, que no había salida por mucho que lo intentara. Hasta que vi que realmente no me estaba esforzando en superar nada. Ahora hablo desde la otra voz de la experiencia. He crecido bastante como persona y quería venir a contároslo. Supongo que no hubo nadie esperando por mi, pero aun así, el hecho de volver a escribir como antes, aunque sea solo una parte de mi persona lo estaba anhelando. Esperaba por este día, en el que me sentara y empezara todo como antes. El día en que se alzara mi fuerza y volviera a todo a comenzar, en un día tan hermoso como hoy, fina brisa y calma, he decidido que mi alma, vuelva a recobrar toda su personalidad. Vengo con mucho animo y fuerza. Esta es mi historia.
"Parece ser que este mundo aun quiere domesticarme". By: Vainilla
Como lo que escribí era demasiado largo no me dejó ponerlo como simple formato de comentario, así que te he dejado mi comentario como una entrada en un blog, espero que no te importe.
ResponderEliminarhttp://unasimplerespuesta.blogspot.com.es/2017/03/una-simple-respuesta.html