La timidez aparece otra vez cuando yo agradecida estoy, de repente lo quise decir. Sabes me encataba cuando hablabamos hasta tarde,esas noches jamás me dejabas descansar, por tu culpa siempre andaba cansada. Incluso si nos pudieran reñir divertido era porque juntas estábamos. Siempre estabas junto a mi y me ayudabas a seguir era lo que más me gusta de ti. Aun que no sintieras que estaba siendo todo eso valorado, yo si lo sentía. No lo transmitía y eso no estuvo bien. Contigo un día vi la injusticia y por ti lloré ahora todo es como debe ser. Yo te quiero no hay ninguna razón para no hacerlo saber ahora, siempre consigues hacer que sonría por las cosas más simples. Segura estoy de que te quiero, podemos compartir todos nuestros problemas está bien incluso si hay que envejecer, te voy a querer vamos a sonreír.
¿Cómo empezaría una nueva historia diciendo, que ahora la que se siente agradecida soy yo? Como explicar la sensación de saber, que tus palabras simples, tozudas, torpes y concretas han podido llegar hasta al corazón de alguien. No pude decirte cuan agradecida estuve por todo lo que hiciste por mi, toda la alegría que causaste en mi vida y todas las experiencias que me hiciste vivir. No obstante, me acuerdo de ti. En cada palabra, cada texto, cada brisa, cada crema y onza de chocolate. En todas aquellas ensaladas que a las cuatro de la mañana quedaron atrás, entre tostada y tostada de queso fundido y orégano. Piensas que realmente nunca te supe entender, que realmente nunca me paré a mirar por tus sentimientos. Siento decirte que siempre pensaré que estábamos destinadas a estar juntas, pero no fue el momento ni la circunstancia. Por mi vida me convertí en una persona difícil y débil, todos lo somos a su manera. No supe compactar todas mis malas vivencias con algo positivo y me dejaba encerrar por los malos pensamientos y la negatividad. A pesar de que no tuviste un buen momento conmigo, acabamos más unidas que nunca y por unas cosas u otras acabamos en confusión. Realmente me quede sin palabras, después de años queriendo que me miraras más allá de un pasatiempo, te pasaste con quererme. En vez de mantenerte a mi lado esta vez fui yo la que huí. No de tus sentimientos ni los hice indiferentes, hice lo que mejor se me da, discutir. Solo estaba en un torbellino emocional de conflictos internos y después de un te quiero tan sincero, me asusté y te humille. Por eso te doy las gracias y te pido perdón de corazón. Leo la última carta que me escribiste y no puedo evitar pensar que he perdido a la persona de mi vida, la oportunidad de tener un lazo más fuerte que con nadie. Es la segunda vez que me subo al tren equivocado y como tal me juzgan por ello. La injusticia que pusiste en tus palabras fue previamente provocada por mi, inevitable. Supongo que así es como debe ser. Siempre estaré, a pesar de que nos distanciemos siempre estaré.
Ghandi dijo una vez:
"Sé el cambio que quieres ver en el mundo."
¿Cómo empezaría una nueva historia diciendo, que ahora la que se siente agradecida soy yo? Como explicar la sensación de saber, que tus palabras simples, tozudas, torpes y concretas han podido llegar hasta al corazón de alguien. No pude decirte cuan agradecida estuve por todo lo que hiciste por mi, toda la alegría que causaste en mi vida y todas las experiencias que me hiciste vivir. No obstante, me acuerdo de ti. En cada palabra, cada texto, cada brisa, cada crema y onza de chocolate. En todas aquellas ensaladas que a las cuatro de la mañana quedaron atrás, entre tostada y tostada de queso fundido y orégano. Piensas que realmente nunca te supe entender, que realmente nunca me paré a mirar por tus sentimientos. Siento decirte que siempre pensaré que estábamos destinadas a estar juntas, pero no fue el momento ni la circunstancia. Por mi vida me convertí en una persona difícil y débil, todos lo somos a su manera. No supe compactar todas mis malas vivencias con algo positivo y me dejaba encerrar por los malos pensamientos y la negatividad. A pesar de que no tuviste un buen momento conmigo, acabamos más unidas que nunca y por unas cosas u otras acabamos en confusión. Realmente me quede sin palabras, después de años queriendo que me miraras más allá de un pasatiempo, te pasaste con quererme. En vez de mantenerte a mi lado esta vez fui yo la que huí. No de tus sentimientos ni los hice indiferentes, hice lo que mejor se me da, discutir. Solo estaba en un torbellino emocional de conflictos internos y después de un te quiero tan sincero, me asusté y te humille. Por eso te doy las gracias y te pido perdón de corazón. Leo la última carta que me escribiste y no puedo evitar pensar que he perdido a la persona de mi vida, la oportunidad de tener un lazo más fuerte que con nadie. Es la segunda vez que me subo al tren equivocado y como tal me juzgan por ello. La injusticia que pusiste en tus palabras fue previamente provocada por mi, inevitable. Supongo que así es como debe ser. Siempre estaré, a pesar de que nos distanciemos siempre estaré.
Ghandi dijo una vez:
"Sé el cambio que quieres ver en el mundo."